“Salió con otras siete personas en un barco que pensó iría a Miami y terminó en Guyana Francesa”》》》
Santo Domingo,- Con diez barras de chocolate, diez funditas de agua, cinco plátanos maduros, una funda de masitas y la utopía de trabajar y caminar por las calles de Nueva York, entró como polizón Miguel, de 17 años, a un barco cargado de sacos de abonos, que tenía un destino muy distinto al que imaginaba. Le acompañaban 7 indocumentados.
“Los sacos decían Miami, Florida, y nosotros pensábamos que ese abono iba para Miami”, cuenta Miguel a Listín Diario, 23 años después de una travesía en una nave que pensaron duraría tres días en el mar y permaneció nueve.